En la foto superior los 6 valientes-inconscientes que comenzaron alrededor de las 14.00h del domingo el Anillo del Vindio, ruta circular que une TODOS los refugios de Picos de Europa, con una longitud de 119K. aproximadamente, en algo menos de 30 horas para el que sea capaz de bajar de ese tiempo, como fué el caso.
Por diferentes motivos únicamente tres de ellos, Pablo Criado, Chelis Valle Gallego y Jesús Martínez, completarían el Anillo en su totalidad. Pero eso es otra historia.
Por mi parte la idea era hacer sólo una parte de cara a la M-S 100K. Para ello, y teniendo en cuenta que yo me encontraba en Santa Marina de Valdeón, mientras la ruta iba a comenzar finalmente en Sotres (para situar a los menos ilustrados, de Posada a Sotres por carretera se tarda unas 2 horas....), la primera dificultad era saber en qué punto exacto me uniría o me separaría de ellos, ya que todos los coches se quedaron en el lugar de partida, Sotres.
Tras varios contactos en la tarde del mismo sábado, tanto con el Sr. Valle como con el Sr. Criado (alma máter del proyecto y que ya lo realizó meses atrás junto con Salva Calvo), decidí unirme a ellos en Poncebos, principio-fin de la Ruta del Cares, saliendo desde Caín que es el otro punto dónde comienza-acaba dicha ruta. Desde Poncebos me recogerían en la subida a Sotres y ahí empezaríamos juntos.
Según las estimaciones (más que precisas) del Sr. Criado, alrededor de las 23.00h tenía previsto que pasaramos por Posada de Valdeón, con lo cual, y si todo iba según lo previsto, yo haría unas 8-10 horas de entreno y podría recoger mi coche para llegar al camping de Santa Marina antes de las 23.30 h. que era la hora en la que cerraban.
Claro que para llegar a Caín, desde Santa Marina tenía otros 13 kilómetros que no tenía claro cómo iba a solucionar.
La misma mañana del domingo decido coger el coche hasta Posada (4k) y una vez allí, y teniendo en cuenta que era fin de semana y la cantidad de gente que parte de Posada con la intención de hacer la Ruta, pedir que alguien me acercara hasta Caín.
Como así fué. Y además al primer intento.
Por fin me encuentro en Caín y empiezo a correr por el sendero de la archiconocida Ruta del Cares. Empiezo muy tranquilo, queda mucho día y además salgo sobre las 11 de la mañana y hasta las 13.00h no he quedado con ellos. Además hace mucho bochorno y nada más empezar ya estoy empapado.... mala señal.
Al cabo de una hora y cuarto llego a Poncebos. Pincho de jamón y coca-cola, que el día es muy largo y tras una llamada, me recoge el Sr. Valle Gallego y camino Sotres.
Presentación de rigor entre los protagonistas y después de intercambiar impresiones y cargar agua, empezamos la ruta.
Como corresponde a la zona, empezamos subiendo durante un buen rato hasta alcanzar un collado, trotar por una pista forestal, para seguir subiendo hasta el Refugio Casetón de Andara.
Rápido saludo a los guardas y seguimos camino del collado Valdeminguero por la canal de Jidiellu. No hay palabras para describir el recorrido hasta llegar allí. Paisaje lunar y sendero a media ladera hasta alcanzar el collado. Una vez allí, y pese a la niebla, todavía más vistas de postal.
Foto de rigor, charla técnico-informativa a cargo del Sr. Criado y bajada de vértigo hacia el refugio de Áliva.
La primera parte de la bajada es más bien de escalada-destrepe.
Tras esta parte, otra de slalom, tipo esquí. Debido al desnivel y la piedra suelta, lo más recomendable es dejarse caer de lado a lado, incluso culoatierra, hasta poder llegar a una zona más corrible. Señalar que la totalidad de la bajada puede llevarte del orden de algo más de una hora.
Sobra decir que fué de lo más divertido del día.
La parte final es corrible, con piedras escondidas, pero la mayoría por sendero más o menos definido hasta llegar a la pista de tierra.
4 kilómetros por dicha pista nos separan del refugio de Áliva. Cargamos agua en una fuente y seguimos con la parte más pestosa. Antes de llegar, empieza a llover y a soplar un viento bastante desagradable.
Paramos a comer algo y más coca-cola. Chubasqueros y a seguir.
De nuevo otra larguísima subida, intercalada con alguna ligera bajada que nos permite correr a buen ritmo y con algo de frío, agua y viento, como corresponde a la zona, nos lleva al refugio atómico.
Durante este tramo nos quitamos y pusimos el chubasquero unas cuantas veces. Al bajar, debido al fuerte viento y el sudor frío, nos lo poníamos. Al subir y cómo es normal, después de un rato, volvíamos a tener calor y nos lo quitábamos...
Refugio Cabaña Verónica. Los guardas hacen honor a dicho refugio. Es para verlos...
Alucinante. Nos cuentan que para subir el refu hasta allí arriba recurrieron a las mulas, cómo no...
Saludo breve a los guardas y de nuevo a crestear por un canchal de afiladísimas piedras cortantes que hacían que tuvieras que ir con mil ojos.
Tras un buen rato de piedras y más piedras y alguna trepada facilona y divertida, llegamos al Collado Jermoso, punto desde el cual la vista hacer honor a dicho nombre.
A partir de aquí comenzamos una divertida bajada a media ladera en busca del Refugio de Collado Jermoso, uno de los más bonitos de los que hay por toda la zona de Picos.
Las vistas durante esta bajada no creo que se nos olviden a ninguno de los que estuvimos por allì.
Parada de nuevo para comer algo y beber otra coca (qué bien entran cuándo estás de farra....), charla amable con los guardas, recarga de bidones y camelback y en busca de otro largo descenso, ya con mucha niebla y la noche cayendo.
El principio de la bajada no puede ser más prometedora. Técnica a más no poder, piedras por todos lados y puestas a traición y una niebla que, conforme perdemos altura, nos envuelve cada vez más hasta el punto de llegar a perdernos de vista entre nosotros durante algún momento.
Para no ser cansino y repetitivo me voy a ahorrar lo de las vistas, pero, de verdad, es algo espectacular.
Al lío.
Seguimos bajando y empieza a lloviznar cada vez más. Cambiamos el paisaje de alta montaña por un bosque cerrado y tremendamente húmedo. En ese momento nos llama Salva Calvo para saber por dónde andábamos y en qué punto podría unirse. El problema era que el acababa de llegar a León y pensaba que la salida había sido desde Posada, con lo cual la distancia a cubrir era más larga de la que él pensó en un principio. Tras desearnos buena suerte, seguimos, ya totalmente a oscuras, por un terreno bastante más resbaladizo y algo técnico que nos hace parar para reagruparnos y aprovechar así para sacar los frontales.
Claro que no sé si era mejor ir a oscuras o saber por dónde pisábamos. Al encender las luces se podían ver las piedras totalmente mojadas, incluso intuíamos el vacío que teníamos a nuestra derecha, aunque el Sr. Criado hacía tiempo nos venía avisando para extremar las precauciones.
Esta zona de día debe ser espectacular, ya que todo el rato vas pegado a las rocas por tu lado izquierdo, por un sendero bastante estrecho y todo el lado derecho de cara al valle que une las poblaciones de Posada de Valdeón con Caín.
Después de la tensión en esta bajada y algunos restregones, salimos a una pista que nos lleva al pueblo de Cordiñanes. De aquí a Posada por carretera son unos 3-4 kms. que hacemos trotando, con excepción del tramo del 20%....
Llegada a Posada, que en ese momento se encontraba vacío debido al partido Madrid-Barça (llegamos en el momento en que Messi anotaba el segundo gol...), ronda de bocatas, coca-cola y algún té, que gustosamente pago al ser yo el que finaliza aquí la aventura y despedida con sabor amargo de los compañeros de batalla.
El sabor amargo es simplemente por el hecho de no continuar con ellos.
A pesar de que al llegar a Posada, reconozco que me alegré de terminar y que tenía claro que mi objetivo era entrenar en torno a 8-10 horas y no más, te queda la sensación ambigua de intentar acabar algo tan grande junto a personas aún más grandes todavía.
Pablo Criado Toca, compañero de profesión, está haciendo una temporada para enmarcar, acabando cada vez más arriba y dándose a conocer allá dónde va. Ahora está preparando Tor des Geants, una animalada de 330k. para la cual tiene previsto completar el resto de la semana que va a pasar por Picos, tiradas en torno a 9-10 horas, con la intención de acumular.
Chelis Valle Gallego, con una primera parte de año MUY buena, aunque no al nivel de otros años (todo no puede ser, y menos entrenando cada vez menos...) le acompañará en alguna de esas tiradas largas, aprovechando que ya ha calentado y se encuentra cada vez mejor y con más ganas. Me alegro especialmente por él que haya podido terminar, ya que llevaba unos meses bastante flojos y que no hacían, para nada, justicia a la calidad que atesora.
Jesús Martínez, llegado desde Porriño esa misma mañana para hacer el Anillo...?!?!. Trabajando duro para poder sacar adelante una carrera en la zona del Dolpo, en el Annapurna. Guía de montaña experimentado que realiza, en su empresa, todo tipo de expediciones comerciales al Himalaya.
Después de unas cuantas horas pateando y corriendo, el bueno de Jesús, que cómo buen gallego había hablado lo justo, y de él todavía menos, nos suelta en medio de una subida mientras nos quitábamos el chubasquero, que ha subido a 7 ochomiles.... nos dejó de piedra!!!!!
Sobra decir que no había ninguna duda de que fuera a terminar, pese a sus quejas a posteriori referente al estado de sus piernas.
Jorge Rivero, llegado de Gijón, habitual top 10, cuándo no más adelante, en carreras de montaña en Asturias, con diferencia el más charlatán de todos, tuvo que retirarse al paso por Lagos. Una de sus rodillas le jugó una mala pasada y le obligó a correr otros 16k. hasta poder llegar a coger un taxi para poder recoger el coche en Sotres. Es lo que tiene la aventura....
Mucha suerte para lo que le queda de temporada y el verano que viene lo intentará de nuevo, seguro.
Roberto, conocido de Chelis y compañero en el Ironbike (posiblemente la prueba por etapas de mountain bike más dura) en más de una ocasión, que llevando bastante tiempo sin correr y habiendo empezado hace poco, decidió hacer sólo una parte para ver cómo se encontraba y no quisó forzar la máquina. En la pista que conduce al Refugio de Áliva tomó otra dirección y volvió a Sotres.
A todos ellos, muchas gracias por dejarme compartir todos esos momentos, darme a conocer un poco más la belleza de Picos de Europa y permitirme conocerles.
Ha sido un placer y espero que podamos repetirlo en otra ocasión y, lo que es mejor, acabarlo juntos.
Saludos
DavidP
David, majete........ que no te vas a librar de hacer la mitad que te dejaste del anillo. Jejeje.
ResponderEliminarAh! Y habrá que liar también al Sr. Rodrigo para que se una a la fiesta.
Un buen amigo tuyo y compañero de profesión, Rafa Martín, también se apuntaría a ese nuevo asalto al dichoso anillito.
No puedo irme sin felicitarte por tu buena crónica. Así que muchas felicidades chavalote.
Nos vemos un día de estos para entrenar.
Buena suerte y a por todas en esa Madrid-Segovia
Enhorabuena David... muy chula la crónica... me encantaría apuntarme a la expedición del próximo año...
ResponderEliminarA tope en la Madrid-Segovia!!!