Hace tiempo eché el ojo a esta ruta. Más concretamente desde que supe de su homologación como sendero de Gran Recorrido.
La idea primaria era hacerla corriendo. Allá por el mes de febrero estuvo a punto de materializarse junto con los Sres. Micra y Garasa, pero una inoportuna faringitis lo impidió.
Pero como la cabra tira al monte, y después de pasar la semana pasada sin montar por diferentes cuestiones que no vienen al caso, decidí empezar la semana haciéndola en bici.
Para los menos avezados en el tema, señalar que la Senda Genaro o GR-300 es una ruta circular que bordea el embalse del Atazar.
Con diferentes opciones, tanto en bici como a pié, recorre unos 70 kms. atravesando pueblos de la, para algunos desconocida, Sierra Norte madrileña como Patones, El Atazar, Robledillo o Cervera de Buitrago.
La longitud exacta varía dependiendo de si hacemos únicamente el "círculo" alrededor del embalse o seguimos la guía (de fácil adquisición en El Berrueco) que nos manda a Cervera de Buitrago por camino de ida y vuelta, así como a Mangirón.
Asímismo el sentido en que hagamos el recorrido no tiene mayor importancia al ser circular, si bien es cierto que recomiendan hacerlo en sentido contrario a las agujas del reloj. De hecho el famoso muñequito azul que caracteriza la senda siempre muestra la flecha en dicho sentido.
En estas nos plantamos en El Berrueco sobre las 10.30h. Tras un café con un conocido y compañero al que hacía años no veía, a las 11 de la mañana salíamos rumbo Patones.
Posiblemente el único acierto del día fué ese.
Pese a no darle demasiada importancia por dónde empezar por el hecho de ser circular, medabaamíenlaoreja que la zona de Patones y El Atazar iba a ser la más complicada en cuanto a desnivel y orografía. Por ello decidí empezar por allí.
Primeros kms. bastante agradables. El día amenazaba lluvía aunque al final se quedó sólo en eso, amenaza. Eso sí, viento para dar y regalar como corresponde a la zona.
Algún repecho más importante y rápidamente divisamos el embalse desde lo alto.
En este punto nos encontramos una pista ascendente paralela al embalse y un sendero de bajada, estrechito y pedregoso, dirección Patones.
Las marcas son claras. El sendero para los andantes/trailrunneros y la pista para los bikers.
Obediente que es uno sigo por la pista.
Huelga decir que es bastante aburrida amén de empinada de narices.
Tras consulta pertinente de plano observo que los dos caminos cruzan la M-133 buscando el pueblo.
Sigo por mi pista hasta que me percato que hace un rato no veo marcas de ningún tipo. Ni siquiera el famoso muñequito azul.
De hecho en un cruce anterior a cruzar la carretera había una bifurcación y ya me había tocado "elegir a pelo".
Aún así cruzo la carretera y sigo lo que parece la pista de bicis. Hasta que llego a lo alto de otra subidita y me percato del juego de toboganes que sigue a continuación. Por supuesto sin señalar nada de nada.
Hasta ahora mi idea era que la intención del recorrido alternativo para bicis era buscar más kms. a la ruta. Y así me lo pareció teniendo en cuenta dónde situaba yo el pueblo de Patones, y dónde me mandaban los toboganes.
Como no conozco nada de la zona decido jugar a lo seguro. El cálculo estaba en unos 50kms. y no demasiado desnivel. Una vez conozca toda la senda ya tocará buscar más "diversión".
Según el mapa siguiendo la M-133 dirección sur me encontraré con la senda versión caminante, la cual está mucho mejor señalada.
Y así fué. Aunque debo reconocer que hay que estar muy pendiente del dichoso muñequito ya que sino te la pasas de largo fácilmente.´
Venía una de las mejores partes del recorrido. Singletracks juquetones y la mayoría en ligero descenso, dónde poder poner a prueba antebrazos y destreza técnica. Una pasada.
Otro cruce algo confuso y tras dar alguna vuelta de más enfilamos dirección Patones.
Aquí sin duda estuvo la mejor bajada de toda la mañana. Huelga decir que como sendero de caminante señalado, estrecho, pendiente pronunciada, curvas cerradas, piedras, etc...
Brazos, antebrazos, frenos.... todo ardiendo, jeje. Y disfrutando de la llegada al precioso pueblo de Patones, dónde por cierto rodaban una película de época. En qué mejor lugar sino....
Y fué precisamente en la salida de Patones dónde metí la pata. Me explico.
Desde aquí sale otra de las variantes para bicicletas, pero yo pensaba que la variante era únicamente para meter más kilómetros y no saturar la senda, independientemente del tipo de terreno.
Y de eso nada....
Llegar hasta el Poblado del Atazar me costó Dios y ayuda. Todas las subidas empujando la bici y en muchos tramos llanos, más de lo mismo por lo escarpado del terreno. Imposible montar.
En este momento afloran los ultrapensamientos (qué coño hago aquí?, por qué no habré ido por el otro lado?, pues ahora llego al Poblado y me doy la vuelta por carretera porque estoy hastalosgüevos de empujar la bici, etc....).
Afortunadamente, como todo lo malo pasa, al rato me encuentro bajando por un sendero de lo más chulo hacia el Poblado.
Consulta pertinente del mapa y veo que tengo que seguir bajando hasta el embalse de la Parra para volver a subir dirección El Atazar.
Tras dudar si dar la vuelta ó no, sigo hacia abajo. Se me hacía muy dura la vuelta por carretera con el viento que hacía y además me apetecía seguir "investigando".
Bajada sinuosa y tortura total para dedos, antebrazos y demás. Pero una pasada bajar dando botes y arrastrando la rueda trasera por esos senderos, jeje.
En un rato me planto en un cruce que indica la senda ciclista y la andarina.
Ahora sí que no dudo y eligo la que me corresponde.
Al rato llego al embalse dónde aprovecho a reparar un pinchazo en la rueda delantera.
El descansito viene bien y lo que sigue es una pista ascendente que es bastante llevadera.
Pero como todo acaba, lo bueno y lo malo, al rato me encuentro en un cruce con 3 diferentes opciones y ninguna señalización al respecto....
Tirando de orientación y creyendo saber hacia dónde cae El Atazar sigo "a ciegas".
Más cruces y ninguna señalización más, me inclino por pensar que me he desviado y estoy volviendo hacia la M-133. Mucha pista, casi siempre ascendente, y poco más.
Al rato y tras un giro a derechas veo el Poblado en lo alto, la presa y la carretera. Más a la derecha y más alto, El Atazar.
Creyendo que la pista finaliza en la carretera sigo, convencido de volver a El Berrueco por la misma. Voy bastante cansado y desanimado después de hacer muchos kms. empujando la bici en las subidas y machacando el cuerpo en las bajadas. Para completar el cuadro, el viento sopla con más fuerza y la tarde amenaza, ahora todavía más, lluvia.
Varios kilómetros de pista después me percato que dicha pista acaba justo en el pueblo. Un último kilómetro bastante gracioso en subida, cómo no, me deja en la plaza del pueblo.
Decido parar a repostar. Una Coca-Cola siempre viene bien y ya estaba harto de tanto agua. Las almendras que me ponen con el refresco tampoco las desprecio.
La idea era "pillar" un bocata, pero en el bar no había mucha voluntad.
Hasta ahora con apenas un par de barritas había tirado bastante bien, aunque ya tenía hambre. Pero como tampoco tenía pensado estar tanto tiempo por ahí. En fín....
Salimos de El Atazar dirección Robledillo por un terreno que se presume algo más favorable. Al menos hay menos desnivel positivo y parece que va a ser la mayoría por pista.
Rapidísima bajada por pista hasta cruzar el río Riato, dónde empieza una larga subida por la misma pista con algunas zetas que se atragantan, y bastante.
Arriba, otras 2 opciones, bici y pata. Sin dudarlo.
Por una carretera con asfalto roto se llega a Robledillo de la Jara.
Desde aquí se puede bajar hasta Cervera de Buitrago en recorrido de ida y vuelta. Son apenas 4 kms., pero con lo que llevaba encima decidí seguir el círculo y dejar a un lado esta opción y la de Mangirón, sobre todo teniendo en cuenta que luego había que volver por el mismo sitio.
Otra pista con terreno favorable nos lleva hasta el Área Recreativa Casasola, situada en un pinar con merendero y una vista privilegiada del embalse y la presa de El Villar.
Tras disfrutar cómo se merece de la zona y sus vistas, sólo nos queda una subida, bien por carretera, bien por una empinada subida, hasta el desvío a Mangirón ó tomar destino El Berrueco.
Lo que sigue a continuación es un auténtico paseo.
Pista disfrutona en la que se rueda ágilmente y se repasa mentalmente todo el recorrido y sus dificultades.
Toca disfrutar de las vistas al otro lado del embalse aprovechando que a esas horas había salido el sol con ganas de quedarse, contemplar Cervera de Buitrago y su zona de recreo justo enfrente y buscar El Berrueco con la sensación del deber cumplido.
Al cabo de poco más de 4 horas y media de pedaleo efectivo y con 68 kms. de recorrido, llegábamos al final de la Senda Genaro ó GR-300.
Conclusiones:
Recorrido más que recomendable tanto en el plano deportivo como gozativo. Andando, corriendo ó en bici. Permite conocer una de las zonas más bonitas que tenemos en Madrid.
Todo ello perfectamente señalizado en el caso de los "andarines", no así en el caso de los "beteteros". No obstante con el plano que facilitan en la oficina de El Berrueco es bastante complicado llegar a perderse del todo.
Siguiendo en la línea ahorrativa que me he autoimpuesto, así como de crítica a diversos organizadores que únicamente se mueven con afanes lucrativos, la experiencia de ayer no tiene nada que envidiar a cualquiera de las que hacemos con un dorsal. NADA.
Bueno, sí. El coste.
En mi caso, los 20 leureles de gasoil y los 3.90 que me gasté en 2 Cocas, 2 Donuts (de chocolate, of course...) y una bolsa de Cheetos.
A excepción de la Coca de El Atazar, el resto fué la "recompensa" al llegar a El Berrueco.
Agradecimientos:
Sr. Garasa por la extensa información colgada en su página web, apicultor de Patones, gentes de El Berrueco y a Ella, una vez más (y van....), por hacerme la cobertura y dejarme seguir haciendo frikadas all the time.
Saludos.
DavidP.
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